Al comprar un medicamento y en la visita a la farmacia es importante que tengas en cuenta algunos tips que te ayudarán a sacarle provecho a tu visita, recibir el asesoramiento adecuado y hacer que tu tiempo sea útil.
Tips para tener en cuenta
-El farmacéutico es el responsable profesional de toda la actividad de la farmacia. Es especialista en medicamentos. Si necesitás asesoramiento profesional preguntá por él.
-Si sufrís alguna descompensación recibirás atención, en la propia farmacia, a través de un sistema de emergencias. Además algunos farmacéuticos brindan primeros auxilios a sus pacientes.
-La legislación vigente establece que el farmacéutico debe ofrecer a los pacientes las diferentes marcas que, conteniendo lo mismo, presentan diferentes precios. Vos elegís el precio.
-Los principios activos de los medicamentos son los componentes responsables de su efecto en el organismo, por eso preguntá siempre al farmacéutico cómo está elaborado el producto. Y al consumirlo procurá hacerlo con un vaso de agua.
-La mayoría de los medicamentos necesitan un lapso de tiempo para que los síntomas desaparezcan por completo. Siempre hay que completar el tratamiento aunque antes de tiempo presente una mejoría.Si tenás alguna duda preguntá en la farmacia.
-Si estás embarazada o suponés estarlo, avisá en la farmacia para que te puedan asesorar. Muchos medicamentos están contraindicados para el embarazo. También tenés que avisar si estás dando de mamar. La misma precaución tienen que tener las personas con diabetes, hipertensión, asma, colesterol elevado u otra dolencia crónica.
-Los medicamentos, además de los efectos preventivos y curativos pueden tener efectos no deseados como somnolencia, mareo, vértigo, nerviosismo, insomnio, alteración de la visión, etc.Si estás utilizando otro medicamento avisale al farmacéutico, incluyendo los comprados por tu cuenta porque pueden afectar a la toma de otros.
-Comprá y tomá medicamentos verificando la fecha de vencimiento. Si la fecha no está legible consultá con el farmacéutico.
-Nunca guardes los medicamentos al alcance de los niños y tratá de no tomarlos en su presencia. Conservalos en su envase original, en un lugar fresco y seco, en el dormitorio por ejemplo, no en el baño.
